He nacido en una familia de valores, por lo que en mi realidad estos son y serán siempre importantes para poder generar individuos que sientan, que amen y que perdonen, pero desafortunadamente me he encontrado con muchos que han dejado la empatía, el respeto, la solidaridad, el amor y el perdón a un lado, siendo movidos únicamente por el ego, la envidia, las pasiones desenfrenadas que siempre terminan mal cuando no existe honestidad, respeto y equilibrio.
Hoy, mi mañana se complico al recibir una nota de voz, complicada y dolorosa, el deceso de una persona que si bien no fuera mi amigo de vida, de años, de tiempo , desde hace un par de meses me brindo su amistad, su consejo, su cariño y sobretodo su confianza( algo que no tan fácil se le brinda a cualquiera).
Aquí es a donde me pregunto ¿En qué sociedad vivimos? pienso que día con día se normaliza más vivir en una sociedad que no sienta el dolor de otros, que no actue en tiempo cuando vemos a un amigo, a un familiar ó a un conocido padeciendo de temas emocionales que nos complican y debilitan. Pareciera que hoy la sociedad solo está llena de individuos andantes, que se olvidan de lo que es ser "humano".
Según la OPS en su estudio más reciente, la depresión ha aumentado en un 22% año con año desde el 2020 y entre el 5 y 15% de estos casos terminan con un descenlace lamentable. Me parece incrieble que siendo tantos no podamos actuar a tiempo, que no podamos darnos cuenta cuando alguien a quien amamos, apreciamos o simplemente conocemos ocupa apoyo, ocupa un abrazo o simplemnete un hombro para soltar lo que duele y cuesta expresar.
Nos hemos vuelto tan indiferentes al dolor ajeno, que pensamos que cuando alguien sonrie de más, bebe de más, duerme de más, expresa de más o siente de más, es un tema pasajero, loco ó exagerado, en lugar de decir "aquí estoy, para escucharte o simplemente acompañarte", en lugar de dejar que simplemente "se le pase", pues no a todos se nos pasa igual.
Hagamos consciencia, no seamos egoistas ó insensibles con el dolor de otros, aprendamos a dar amor, amistad, cariño y apoyo sincero. Dejemos de juzgar, de etiquetar y comencemos a amar, a perdonar y valorar lo que no tiene precio.
Con cariño, respeto y GRATITUD infinita a la única persona que sin ser mi familia, ni amigo de vida, confio y creyo en mi en uno de los momentos más complicados que he tenido, a quíen me hizó ver y recordar lo que realmente soy.
Mi abrazo hasta el cielo,querido M.
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